¿Quienes son los jueces?Sin importar lo que enseñe y diga la Biblia, supuestamente la palabra de Dios, los líderes religiosos de las distintas ramas monoteístas han fomentado la idea de obedecer a sus autoridades ¿Quiénes son los jueces de la Biblia, que la Torah nos manda a obedecer?
Obedece a los Sabios (los rabinos)Como extensamente los rabinos argumentan y comentan sobre el verso 8; el lugar que Dios escogería sería el Templo, donde el Sanhedrin estaría situado. Además, los jueces a los que debemos fervorosamente obedecer sin apartarnos a diestra o siniestra de su veredicto se refiere a los rabinos:
Cómo los rabinos entendieron que éste versículo se refería a ellos, para establecer la teología y base de la creencia en la Ley Oral y la autoridad rabínica como la autoridad interpretativa de la Biblia, es otro estudio por si mismo que requiere una extensa explicación. Pero en cuanto a esta lectura, la interpretación de Rashi, la cual es el entendimiento convencional de judaísmo rabínico, tiene ciertas fallas.
En primer lugar el verso 9, que hemos omitido, expresamente explica a qué se refiere, no a los rabinos. En segundo lugar el Sanhedrin, como hoy lo conocemos, no siempre estuvo en Jerusalén (en el lugar que Dios escogió). Además el Sanhedrin, formado por diversos lideres religiosos fariseos, se constituyó en una era tardía de Israel, cuando los fariseos usurparon la autoridad sacerdotal, dando muerte a los últimos sacerdotes Tzadokitas por no oficiar el sacrificio de la libación, no someterse ante su gobierno y finalmente entregando la cabeza del sumo sacerdote de Israel a los nuevos invasores, Roma (Eshel, Hanan (2008). The Dead Sea Scrolls and the Hasmonean State). Cualquiera sea la formación y origen del Sanhedrín, algo que con la ayuda de Dios retomaremos en un estudio futuro, su historia e integrantes no se ajustan a las descripciones detalladas en la Torah. Obedece a tu lider religioso (el Papa o el pastor)Aunque la Fe cristiana no establece del todo sus principios en lo que entendemos como el libro de la Torah o el Pentateuco, ni la formación de sus líderes y liturgia se basan en las enseñanzas bíblicas. Su interpretación sobre este versículo es bastante similar a la de los rabinos.
La Fe cristiana por lo general interpreta la Biblia hebrea con una perspectiva reformista. Ya que la Torah y todos los mandamientos bíblicos no son una obligación, es más no se deben guardar, pero profesando que: "Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente instruido para toda buena obra (Timoteo 3:16)... Los mandamientos de la Torah no se pueden ignoran pero se pueden entender como principios o reflexiones que a veces sirven. Por esta razón en cuanto a este pasaje la interpretación convencional cristiana es que la Biblia enseña que debemos obedecer a los lideres conocidos como pastores, obispos, sacerdotes, etc. Dicho en otras palabras, el Dios de Israel instituyó sacerdotes levítas y una orden de jueces antiguamente, pero ya que la iglesia cristiana reemplazó a los judíos (incrédulos) y sus leyes, (de acuerdo al credo de Nicea) esta practica ya no tiene efecto y por lo tanto los jueces y sacerdotes de la Torah ahora son los líderes religiosos que constituyen la iglesia cristiana. ¿Qué dice la Biblia?Aunque las distintas ramas fariseas, que luego concluyeron en lo que se conoce como el judaísmo rabínico, y el cristianismo parecen dos religiones o movimientos opuestos, en este pasaje en particular comparten un pensamiento muy en común, ninguno de ellos respeta lo que dice la Biblia.
Ambos grupos interpretativos simplemente ignoraron lo que "está escrito" y sin ningún esfuerzo, interpretaron que ellos son los jueces que pueden dictar sus interpretaciones como veredicto definitivo, establecidos como la autoridad por excelencia decretada por Dios. No obstante el versículo faltante que hemos omitido en la lectura principal dice lo siguiente:
Como hemos explicado, el cristianismo no ignora lo que el texto dice, pero simplemente lo sustituye con su jerarquía religiosa. El judaísmo rabínico por otro lado sabe muy bien que no puede quitar ni agregar de la Torah pero simplemente hace vista gorda a las letras que hemos puesto en negritas del verso 9.
El sistema judicial ideal de la Torah era compuesta por los sacerdotes levítas, estos son los hijos de Aaron, y "el juez" que estaría en un futuro en el lugar que Dios escogiere, en ningún lugar se hace mención a los rabinos, o se hace mención un grupo de patriarcas u hombres privilegiados que recibieron una revelación "oral" por parte de Moisés.
El versículo 12 enfatiza que los líderes que debemos obedecer son:
Alguien que ministra, de acuerdo a la Torah es alguien que oficia un sacrificio. Por lo tanto, no existe ambigüedad en este texto, de que los jueces que Dios designó son un cuerpo de "cohanim" que estarían en el Templo (no en la corte del Sanhedrin). Lo único en cuestionamiento es, "el juez". ¿Quién es el juez ?Si leyéramos la Biblia sin un contexto adyacente y no respetando el resto de Las Escrituras, (escritos sagrados y profetas) La figura de "el juez" (en singular) sería todo un misterio. En cierto modo podríamos insertar a nuestros lideres religiosos o una figura de renombre como un profeta o el mesías, pero la Torah añade un contexto adyacente que nos permite entender a que exactamente se refiere.
Este mandamiento depende del Templo El primer detalle notable, es que esta ley, así como las leyes sacerdotales y de los sacrificios, dependen del Templo, la Casa de Yehováh, pues está escrito en el verso 8:
De acuerdo a la historia del censo de David en 2 Samuel 24, el lugar que David compró por orden de Dios para dedicar sacrificios a El, y el lugar que luego Salomón dedica en 1 Reyes 8 (ver también 2 Crónicas 6), es Jerusalén, específicamente lo que se conoce hoy como el Monte del Templo.
En la Torah se establece que muchos mandamientos se ejecutarían en "el lugar que Dios escogería" (como casa de adoración) como por ejemplo:
El rey es el contexto faltante El segundo detalle de esta lectura, es que el pasaje adyacente al de la instrucción sobre los jueces habla sobre un futuro rey.
Este pasaje con el texto anterior sobre "los jueces"contienen una descripción en común. Tanto el rey que debe hacerse una copia de "La Torah" que recibiría de los sacerdotes levítas como las personas que inquirirán sobre un juicio que desconocen deben:
V11: hacer según la Torah que te enseñen (los cohanim), y según el juicio que te digan, harás; no te apartarás ni a diestra ni a siniestra de la sentencia que te declaren. La diferencia entre las personas comunes de Israel con un rey, es que era muy poco probable que una persona común obtuviera una copia de la Torah, se requerían muchas pieles de oveja y contratar escribas y un permiso de los gobernantes para hacer dicha copia. El rey no obstante, tiene el mandamiento de Dios de hacerse una copia, y tiene los recursos porque su requisito es conocer la Torah y ponerla por obra. Basado en estas escrituras, existen dos categorías de personas que tienen acceso a la Torah para conocerla con excelencia, ponerla por obra y "tener la capacidad de enseñarla", los sacerdotes y el rey. El Templo, sacerdotes y el reyDe acuerdo a lo que sugiero como una posible interpretación o teoría, solo necesitamos un escenario donde el Templo de Jerusalén haya sido construido, hayan sacerdotes y un rey, para ver si el rey es ese juez que la Torah describe como "magistrado" o juez que habría en aquellos días.
La historia es emblemática, Salomón había propuesto cortar a un bebe en dos porque una mujer quería robarle el bebe a la otra, Dios le dio sabiduría para juzgar conforme a su petición (2 Crónicas 1:10) y la dramática escena permitió revelar el corazón de una verdadera madre que no permitiría tal homicidio. Salomón tuvo tanto protagonismo en la Biblia como en la evidencia arqueológica de su reinado que, podemos confiadamente creer que es cierto que de las naciones subían a Jerusalén para escuchar "los juicios" del rey.
Sin mucho más que decir, en este caso, La Biblia ofrece su propia interpretación. La Torah enseña que habría un cuerpo de jueces conformado por los sacerdotes (cohanim) y un futuro juez, que en los libros históricos aprendemos que trataba del gobernante o rey de Israel. (Algo que no hemos analizado en este estudio es sobre los jueces posteriores de Israel que tuvieron su propio protagonismo y función, los 70 ancianos provisorios que escogió Moisés en el desierto y los jueces que esta porción manda a los israelitas a escoger en sus ciudades. Solo traigo esto para considerar que si habían más jueces que los discutidos en este estudio, pero aquellos pretendían reforzar el cumplimiento de la Torah en todas las ciudades, que sugiero que trataba de levitas y distintos jefes tribales, conforme a la enseñanza previa de Moisés. No obstante, concerniente a los jueces que debemos obedecer sometidamente y del cuál los lideres religiosos de hoy se apropian el cargo, concluiremos más adelante) ¿Qué hacemos ahora?Para poner en práctica este mandamiento de acuerdo a los requisitos bíblicos necesitamos tres cosas:
Además cabe mencionar que la Torah no dice que simplemente oigamos a "los jueces" y hagamos todo lo que salga de sus bocas. La Torah establece un escenario donde los israelitas deben procurar seguir la justicia y solo la justicia, procurando guardar las enseñanzas de la Torah, y en caso que hubiere algo oculto (literal: maravilloso) a sus ojos que ellos no pudieren resolver, entonces irían a los jueces de Jerusalén en el Templo, donde estaban los sacerdotes con el urim y tunim y el rey que habría en sus futuros días. Por lo tanto en cuanto a nuestra observancia de la Torah, Dios nos motiva a procurar en la justicia de su palabra y siendo concretos, si estos "tres requisitos" no los tenemos hoy en día, buscar el juicio de Dios es innecesario, porque no vamos a poner a nadie en pena capital en nuestros países extranjeros donde vivimos o acusarlos a los guardias civiles por haber robado o cualquier litigio que hubiere "porque el cura dice que es pecado". La Torah dice: Deut 29 Las cosas secretas pertenecen a Yehováh nuestro Dios, mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, a fin de que cumplamos todas las palabras de esta Torah. Por lo tanto todo lo que Dios exige de nosotros, el cual es, la obediencia a sus mandamientos, ya nos fueron reveladas por Dios en Su palabra a fin de que las cumplamos. Mientras las cosas que fueren ocultas, que la Torah nos manda a acudir al Templo, a los sacerdotes y el rey ungido por orden de Dios caen en otra categoría de juicios civiles que deben ser llevado a cabo como tales, como es el ejemplo de las dos madres y el hijo que estaba en debate. Y si no vivimos en Israel y en un reino que se rige plenamente en las enseñanzas de la Torah, en realidad no tiene sentido ni uso hoy en día, hasta que sea la futura restauración de todo Israel y su pueblo. ¿Qué hay con los rabinos o mi pastor? La Biblia nos manda a honrar a nuestros padres, ancianos y aspirar a ser como los sabios. De estos principios creo que es sabio recibir corrección, escuchar y aprender de personas que dedican sus vidas a estudiar la Biblia y compartir su entendimiento de ella. Yo personalmente he aprendido valiosas enseñanzas de mis padres y personas mayores. También de rabinos, jojanim (sabios karaitas) y pastores, independiente de no participar en ninguna de estas comunidades. Y considero que es sabio escuchar e indagar por conocimiento y perspectiva incluso cuando de ante mano conozco mis diferencias. No obstante, la diferencia teológica es que no elevo a estas personas al estatus de juez o la autoridad puesta por Dios conforme a lo que está escrito en la Torah. Oro para que los Cohanim Tzadokitas puedan ser reestablecidos en su cargo conforme a las profecías de Ezequiel y que el Mesías rey pueda reinar con justo juicio en la tierra conforme a la palabra de Isaías y así podamos preguntar a Dios conforme a la comprensión adecuada de su palabra. En cuanto ahora solo nos toca hacer lo que mejor que podamos por estudiar Las Escrituras y arrepentirnos de todos los errores que constantemente nos damos cuenta que hemos ignorado.
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