Dios y la EsclavitudLa prohibición de la esclavitud y el mayor principio de la Biblia en todos sus contextos: libertad y vida.
IntroducciónEn la Torah existen varias leyes o instrucciones referentes a la esclavitud, por ejemplo, el cómo deben ser tratados, la prohibición de vender personas o tráfico de esclavos, sus derechos y el periodo permitido para ser esclavizados. La sumatoria de todas estas instrucciones nos lleva a la pregunta, o casi inferencia, de si Dios permite la esclavitud o está a favor de ella. Sin embargo, Yehovah a través de su palabra muestra un fuerte rechazo a la esclavitud y opresión de las personas ¿Cómo entonces se debe entender esta controversia? Dios rechaza la esclavitud pero establece leyes para la esclavitud. Aparentemente esto no suena consistente, pero un estudio contextual nos permitirá entender el propósito de estas leyes y el favor de Dios frente a la igualdad de hombres, la libertad y la vida.
Esclavitud de Egipto, Faraón
El Primer concepto - o mandamiento, como se suelen denominar- de "Las diez Palabras" de Dios, que fueron escuchadas en el Monte Sinaí, fue "Yo soy Yehovah tu Dios, quien te sacó de Egipto de la esclavitud", seguido por "no tendrás dioses ajenos delante de mí, ni te harás imágenes, etc. Teniendo esto en mente, podemos ver notoriamente cómo Dios establece y trae constantemente -como se ve en otros pasajes bíblicos- un recordatorio de que Él liberó al pueblo hebreo de la esclavitud que sufrían en Egipto, lo que se puede entender, a su vez, como la base de todas las narrativas siguientes, de que Dios no está a favor de la esclavitud y de que fue conmovido a actuar a favor del pueblo hebreo por sus gemidos y clamor cuando eran oprimidos, según el relato de Éxodo 2 y 3.
Esclavitud de Babilonia, Nimrod
La comprensión académica y tradicional judía de este pasaje de Génesis 10:8 enseña que ser un cazador panav (lit. en el rostro) de Yehovah significa que cazaba o perseguía a los que adoraban a Yehovah. Como es conocido en la historia Babilónica, Nimrod fue el primer emperador de Mesopotamia, siendo éste el lugar donde se concentraba toda la población humana en un principio de la historia con un solo lenguaje. Luego este personaje se convirtió en un dios de la misma forma en que los antiguas monarquías reclamaban divinidad para mantener su poder. Algunos van más allá de esta información para inferir que cazaba o esclavizaba a los que buscaban o adoraban a Yehovah (a esto se refiere cazador contra Yehovah) forzándolos a construir la famosa torre de Babel como su monumento para igualarse a Dios. Si bien la historia es ambigua, lo que sí esta en el pleno entendimiento de los versículos es que Nimrod era un cazador de los hombres que adoraban a Yehovah, entendiéndose como esclavitud u opresión de los seres humanos con menos poder. De todos modos, lo que podemos ver es que Dios se opuso grandemente a esta obra de Nimrod, confundiendo sus lenguas y esparciendo a los hombres cada uno por sus tierras. Es imposible ignorar que esta historia está relacionada a la esclavitud humana y Dios parece irresistible a interferir en la historia humana para no permitir que esto, la esclavitud, se difunda.
Esclavitud antes del Diluvio, Noé
Radak, Rabeinu Channel, Ibn Ezra, Rabeinu Bahya, y Rashi en sus comentarios sobre Génesis 6:2 interpretan que "los hijos de Dios" se refiere a los hombres poderosos, jueces, o reyes en aquel entonces (como lo fue Nimrod más adelante o Faraón) que tomaban las mujeres que ellos deseaban, incluso mujeres casadas o doncellas de sus familias, para formar su elite de familias poderosas o solo por el placer de tomar lo que deseaban. [Tenemos un estudio sobre este porción bíblica en Parashat Noaj (ver Los Ángeles Caídos) donde compartimos algunos de estos comentarios rabínicos en oposición a las creencias místicas del periodo del Segundo Templo sobre guerras celestiales y demonios caídos] La conclusión de esa historia es que el pleno entendimiento de Génesis 6:2, aunque difícil de comprender a simple vista, es que se formó una especie de élite de hombres poderosos en la tierra que subyugaron a los más indefensos a través de la violencia, especialmente el abuso y esclavitud de la mujer. Fueron estos eventos los que causaron la gran destrucción de todo ser viviente con el diluvio. En otras palabras, Dios destruyó a todo ser viviente (a excepción de los que estaban en el arca) pues la maldad se transformó en la naturaleza continua del ser humano (según v. 5), pero todo esto comenzó por la esclavitud humana, especialmente el abuso de las mujeres (según el v. 2)
En sumatoria, la Biblia presenta tres eventos o escenarios en donde Dios directamente interfiere en la historia de la vida humana: Esclavitud en tiempos de Noé, Esclavitud en tiempos de Nimrod y Esclavitud en Egipto. En cada una de ellas se pueden ver tres aristas: hombres poderosos que quieren ser dioses, para ello esclavizan a los más inferiores (la mayoría de los casos a los que adoran a Yehovah), y Dios interfiere de formas milagrosas para erradicar la esclavitud y presentarse como el verdadero y único Dios. Por lo tanto, si solo tuviéramos esta perspectiva y base en la Torah es inconcebible pensar que Dios está a favor de la esclavitud. Destruyó casi completamente su creación, confundió a los hombres de Babilonia y destruyó lo que habían construido, y revolucionó y destruyó toda la tierra de Egipto para poner fin a la esclavitud. La controversia comienza cuando después de liberar a su pueblo Israel le da instrucciones concernientes a la esclavitud. Leyes de esclavitud
Como ha sido previamente establecido, Dios está completamente en contra de la esclavitud en todos sus contextos y sus tres interferencias en la vida humana han sido para erradicar dicha práctica. Las leyes listadas son algo complejas; Podemos ver que en cierta forma la esclavitud está permitida pero en ciertos casos pareciera que no, y en otros caso más complejos parece que Dios quiere transformar la vida del esclavo común a la de un siervo o trabajador con derechos, como por ejemplo:
Esclavos se transforman en trabajadores con derechos humanos:
La Torah parece querer erradicar la esclavitud
Leyes confusas que parecen aprobar la esclavitud
¿Cuál es la voluntad perfecta de Dios?Resumiendo todo lo anterior, todos los versículos referentes a la esclavitud a primera vista aparentan que Dios permite la esclavitud y que no tiene problema con ella, de modo que solo establece una que otra ley para moderarlos. Pero un estudio detenido y contextual nos permite ver que Dios impartió las leyes de esclavitud no para moderar ni para disminuir, sino para erradicar por completo la esclavitud.
Para comprender el sentido y objetivo de estas instrucciones el lector debe comprender el significado de la palabra "si" de toda esta porción bíblica de Mishpatim, por ejemplo:
Cuando tenemos a la vista el "si" condicional que antecede a todas instrucciones, el contexto de toda esta lectura se entiende como una segunda opción o "un plan B" para corregir la primera transgresión, y no como las instrucciones ideales que el hombre debe guardar en la perfecta voluntad de Dios. Analizando concretamente, en la Torah Dios prohíbe el robo, éste es el mandamiento principal, "no robarás", pero como segunda opción, "si" es que alguien llegó a tomar algo que no le pertenecía, tiene la posibilidad de corregir su pecado con la restitución o pago de lo que se haya robado. Evidentemente debe entenderse que Dios no quiere que el ser humano ande restituyendo, lo que Dios quería en un principio es que no se robe, pero establece la segunda opción solo en caso de se transgreda la primera. De la misma forma, como mandamiento principal, Dios manda a su pueblo a no cometer asesinato, sin embargo, como segunda opción en la porción de Mishpatim, Dios establece sus consecuencias determinando la pena capital, pero al igual que en caso anterior, Dios hubiese deseado que la primera persona no llegase a cometer asesinato en primer lugar, ya que Dios no desea la muerte del impío (Ez 18:1). Asimismo, Dios prohíbe la esclavitud como su objetivo principal, pero como segunda opción si es que ya se infringió lo primero, las leyes de esclavitud son para poder corregir estas acciones, y es por eso que las instrucciones concernientes a la esclavitud tienden a elevar los derechos de ellos transformándolos en personas subyugadas a sus amos pero con derechos humanos como cualquier trabajador contemporáneo. En conclusión, lo que Dios desea como su plan y voluntad perfecta para la humanidad es que nadie adultere, nadie asesine, nadie robe, nadie esclavice personas, etc. pero Dios conociendo nuestra naturaleza establece estas segundas opciones o consecuencias para corregir nuestras acciones. ¿Por qué continuar con la esclavitud?
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El objetivo de la Torah
A diferencia de la esclavitud que se infiere en los tiempos de Noé o en el tiempo del reinado de Nimrod, la Enseñanza de Dios revelada a los israelitas no pretende poner fin a la esclavitud con una gran masacre, aunque el pueblo de Israel si experimentó posteriormente un exilio y grandes juicios por esclavizar personas por consecuencia de su transgresión. Pero la Torah, de acuerdo a estas enseñanzas, pretende tomar el pecado del hombre, su naturaleza humana y corrupción y transformar sus acciones en obras justas conforme al estándar y voluntad de Dios para el hombre. Es decir, de acuerdo a estas instrucciones podemos ver que Dios es consciente de que el ser humano roba, mata, adultera, puede dañar la propiedad del prójimo ya sea con intención o por accidente, etc. y por ende la Torah no es un mensaje para angelitos que pasan rezando, sino un mensaje para los seres humanos con sus faltas y debilidades, con el fin de que conviertan sus malas obras en obras conforme a la voluntad de Dios. Si pecó una vez por ignorancia, la segunda vez sabrá, y si aún comete un error Dios le permite corregir sus obras. Por lo tanto, la Torah, entendiéndose como la Palabra de Dios, no es un mensaje condenador o que pretende que todo ser humano sea perfecto sin mácula, sino todo lo contrario, que entiende cómo somos, y por lo mismo, Dios nos manda a obedecer Su Palabra, porque la necesitamos, porque nos completa y nos lleva a la perfección que Dios desea para cada uno. Después de todo, el vivir sin robos, asesinatos, esclavitud y pleitos solo nos favorece a nosotros los seres humanos, para vivir una vida feliz, en comunión y plena.